TIFF 2020
Fauna
Meta
Por Erick Estrada
Cinegarage
Luisa y Francisco viajan en coche e intentan llegar al pueblo donde viven sus padres. Ahí se encuentran con el hermano de ella, Gabino. Luisa es interpretada por Luisa Pardo y Francisco por Francisco Barreiro. Por su parte Gabino Rodríguez es el intérprete de Gabino. Luisa, el personaje, es actriz. Gabino, el personaje, es actor.
La meta historia de Nicolás Pereda engorda todavía más cuando Francisco, el personaje, es forzado por su suegro (a quien conoció en circunstancias incómodas en medio de una especie de performance ejecutado por el anciano en la miscelánea del barrio) a interpretar a un narcotraficante como en la serie en que trabaja. Francisco llevado al límite se roba las líneas de otro personaje para salir del compromiso, líneas de otro personaje de la serie real Narcos en la que el Francisco actor también ha trabajado. Luego Gabino aburrido de esperar no sabe qué le cuenta a su hermana el libro que lee y la película que ya ha dado demasiadas vueltas en sí misma entra a esta narración casi inventada (Gabino no ha terminado el libro) regalando los rostros de los actores (Gabino, Luisa, Francisco) a los personajes del libro que ahora se mueven por la pantalla.
Adivinaron: el personaje de Gabino busca a un hombre desconocido y un narco interpretado por Francisco se le cruza en el camino.
¿La película ha dado demasiadas vueltas? Sí y no. El juego de metaficciones de Nicolás Pereda nutre una atractiva incomodidad en el arranque de esta anécdota, una incomodidad que parece escarbar hacia un discurso que redondee las esquinas. Quizá una mirada lacónica a las maneras viciadas de los directores, al choque con los actores (en efecto, la escena del suegro obligando al yerno a actuar y robar líneas de otros personajes). Quizá la de las fronteras entre lo que es y lo que puede ser (su final abierto, previsible y por eso irremediable). Quizá las posibilidades de la narración misma.
Pero de ello dependería que la película narrase, que construyese, que un montaje menos dejado de lado se interpusiera con el juego meta anecdótico con el que nos encontramos apenas comienza la película.
Lejos de ello Pereda persiste en un lenguaje audiovisual reducido al mínimo con un máximo de absurdo. Encuadres tercos en los que todo se ve forzado a acomodarse pero que contrario a lo que pudiese pensarse no es un refuerzo al probable cuestionamiento surgido de su meta ficción sino que sabe más a negación escapista.
Puesta como está la cámara se vuelve igual de predecible que la falta de destino de la anécdota. Denota más falta de rumbo que apertura de caminos y en consecuencia el resultado del enredo de ficciones inicial que se encuentra con este nihilismo narrativo es laxo y tremendamente transparente. Pierde su propuesta y es incapaz de fabricar una.
Los caminos de la experiencia cinematográfica son variados pero el poder de la yuxtaposición de sus herramientas es tan grande que intriga que alguien los niegue y convierta la experiencia cinematográfica en una mera ocurrencia anecdótica. Pertinente y brillante, pero una mera ocurrencia si no hay un destino un poco más delimitado.
Fauna
(México-Canada, 2020)
Dirige: Nicolás Pereda
Actúan: Gabino Rodríguez, Luisa Pardo, Francisco Barreiro, Teresa Sánchez
Guion: Nicolás Pereda
Fotografía: Mariel Baqueiro
Duración: 70 minutos.