La 1a de Cannes 2012

La primera de Cannes 2012
Cannes 2012: por el principio
Por Joaquín Rodríguez (enviado).

Cannes, Francia.Como todos los años, el Festival de Cannes arranca con la esperanza de encontrar algo más que sólo un puñado de buenas películas. Lo ideal sería encontrar por lo menos dos o tres obras maestras, y una larga serie de títulos que nos den de qué hablar con pasión el resto del año. Dicho lo cual, habrá que agregar que en lo que respecta a la sección oficial de 22 cintas en competencia el pronóstico puede ser reservado, pero no deja de ser sugerente. De hecho, Cannes 2012 ha decidido no arriesgar demasiado en cuanto a los realizadores invitados, y este año, por lo tanto, no hay un solo debutante en la selección. Desde pasados ganadores de la Palma de Oro como Michael Haneke, Abbas Kiarostami, Ken Loach y Cristian Mungiu, hasta competidores reincidentes y de probado prestigio como David Cronenberg, Matteo Garrone, Jacques Audiard, Sergei Loznitsa, Walter Salles, Ulrich Seidl, Thomas Vinterberg o Im Sang-soo, la sección oficial también se complementa con nuevos talentos que, o bien han recibido premios en otras secciones del festival en años recientes, o bien han destacado ya en otros festivales. Mención aparte merece la inclusión del veteranísimo Alain Resnais, genio de la Nueva Ola que ha afirmado que su nueva cinta, Vous n’avez encoré rien vu, cuya traducción literal seria No han visto nada todavía, será la última. ¡Razón de más para no dejarlo fuera!

De cualquier forma, dentro de esta sección principal hay una buena cantidad de filmes cuya consideración pareciera obedecer más al hecho de que sus repartos garantizan la habitual dosis de star power para la alfombra roja, con todo y los buenos antecedentes de sus directores, y es así que habrá que tomar con bastante reserva películas como The Paperboy, de Lee Daniels; Lawless, de John Hillcoat; Killing Them Softly, de Andrew Dominik, e incluso el Cosmopolis, de Cronenberg, del cual muchos desconfiamos por la sola presencia de Robert Pattinson como protagonista. Ya se hablará de todas estas producciones, pero por lo pronto podemos ya referirnos con certeza a Moonrise Kingdom, de Wes Anderson, encargada de inaugurar el festival y que también compite.

De entrada, Anderson, autor de filmes tan destacables y particulares como Rushmore (EUA, 1998) y Viaje a Darjeeling (The Darjeeling Limited, EUA, 2007), demuestra que sigue siendo fiel a si mismo y a su universo estilizado y artificioso, pero sin dejar de lado el tratamiento naturalista de personajes típicamente norteamericanos y, por ende, delineados de acuerdo a una idiosincrasia un tanto simple y elemental. Los protagonistas de Moonrise Kingdom no son la excepción, y es así que Anderson nos enfrenta a la historia de maduración de dos adolescentes, Susy y Sam, él casi un niño todavía, quienes en un idílico Estados Unidos de la década de los 60 buscan escapar de sus sofocantes padres y tutores para construir su propio, inocente e ingenuo edén amoroso. Sin embargo, a la extrema sencillez de este argumento, quizás el más superficial y lineal de los desarrollados hasta ahora por Anderson, se opone la recreación de unos años 60 absolutamente idealizados y vistosos, tanto en lo que toca al colorido diseño de producción, como a los fascinantes y complejos movimientos de cámara, con todo y los tradicionales paneos y travellings laterales que se han vuelto característicos de su autor.

La cuota de estrellas que garantizaba Moonrise Kingdoom en Cannes ha quedado cubierta con la aparición en la alfombra roja de Bruce Willis, Tilda Swinton y Edward Norton, y eso ha bastado para dejar contenta, por el momento, a la jauría de reporteros y fotógrafos histéricos que cada año visitan Cannes sin importarles demasiado, a muchos de ellos, cuál es la cinta que representan. En cuanto a la crítica, tal parece que la mayor parte ha quedado satisfecha con este nuevo trabajo de Anderson, pero a título personal me parece que es más, en efecto, un vistoso ejercicio de estilo que una película de verdadero interés y logros dramáticos importantes. Lo que muchos nos hemos temido con las anteriores cintas de Anderson aquí parece confirmarse. Su cine es más forma que contenido, y aquí se antoja particularmente endeble, vacío y plano. Sus fans quedarán satisfechos, sí, pero mucho me temo que los no iniciados y el público en general se toparán con una cinta curiosa, rara, pero un poco aburrida e insubstancial.

Ya veremos qué nos depara el resto de la competencia. En relación a la programación de este año en Cannes, cabe hacer una advertencia. Dado que es imposible cubrir a detalle tanto la Sección Oficial, la sección paralela de Una cierta mirada, las secciones de la Semana de la Crítica y la Quincena de realizadores, y además la fabulosa sección de Cannes Classics, dedicada esta última a la presentación de clásicos restaurados, he decidido este año concentrarme en la Sección Oficial y los clásicos. No queda más remedio que ser parcial en la cobertura, y la expectativa de volver a ver en pantalla grande y en versiones prístinas cintas como Tess de Polanski (cuya presencia está anunciadísima), o Érase una vez en América de Sergio Leone, no me dejan mayores opciones. Y claro, también estarán los placeres culposos de proyecciones especiales como el Drácula 3D de Dario Argento, o de la nueva cinta de Takashi Miike.

Así pues, esto fue el principio.