Último turno
Pre Robocp
Por Erick Estrada
Cinegarage
“Detrás de esta placa hay un corazón como el tuyo”. Metal y carne. Y después un policía comprometido con su trabajo decide mostrarnos en video uno de sus días. Se graba él mismo como si de un pre Robocop (EUA, 1987) se tratara, sólo que el robot deja todo para la posteridad en su disco duro. Aquí, en la película de David Ayer la dureza está en otro lado.
El estilo que decidió abordar Ayer es el de la cámara omnipresente, agitada y “realista” que acompaña a todos los involucrados. Eso, salvando y perdonando las libertades que en ese mismo estilo se toma (se las hemos perdonado a películas mucho menos propositivas como Troll Hunter y Proyecto X) le comunica al encuadre la violencia que Ayer representa en su pareja de policías (Jake Gyllenhaal y Michael Peña) viajando por una ciudad tan violenta y contradictoria pero tan identificable como Los Angeles, para unos la ciudad del futuro, para otros el futuro hecho ciudad, monótona y explosiva, sorprendente y aburrida a la vez.
Cuando el estilo se rompe, cuando Ayer escapa de las limitantes del estilo con que empieza su película (que son muchas), trata de emparejar a las contratomas que necesita para continuar su narración con la textura y lo forzado de los encuadres de la cámara en mano. Encuadres violentados que comunican veracidad porque, aún con el estilo roto, el truco funciona y pronto entramos en una película de grandes diálogos, de slangs y jergas, de tecnicismos policiacos enfrentados al cholo más violento.
¿A dónde se dirige Ayer? Eso sorprende pues, desde el estilo visual y el tono, desde el tema y los personajes con los que decide transitar por la siempre querida Los Angeles, Zona de miedo (EUA, 2008) es el primer referente para asirse: la rutina militar, el estrés constante, el entrenamiento como medio para sobrevivir pero también como válvula de escape a la presión.
Último turno llega también (y asombra que aquí no haya escándalo) a otra película de la misma Kathryn Bigelow, La noche más oscura (EUA, 2012), que para unos justificaba el uso de la tortura cuando en realidad trata de entender un proceso y un conflicto elaboradísimo como lo es una guerra que nadie había querido iniciar, mucho menos combatir.
Para Bigelow la tortura es uno de los elementos presentes y en consecuencia la presenta. Para Ayer, los límites casi brutales a los que se acercan sus policías (muy bien interpretados) llegan como un reflejo a la otra brutalidad, la de las pandillas y los traficantes: el acoso de las calles recibe como respuesta peleas callejeras con uniformados.
Lo que Ayer quiere entender aquí no es una guerra (como Bigelow), sino una ciudad, un desarrollo urbano muy particular -y al que ya ha dirigido antes su atención- ahora a través del poder extraño del video y las cámaras omnipresentes, lo mismo que hizo que el mundo entendiera y viera casi en directo el caso Rodney King; se dedica a entender a la ciudad y a sus habitantes con el mismo elemento con que son vigilados, especialmente en ese país y particularmente en esa ciudad; hace una bitácora devolviendo el poder de ese video omnipresente a los vigilados y los papeles se invierten y se revierten y unos checan a otros para saber qué ocurre al final del turno.
Esa bitácora pre Robocop llega en patrulla, en la vigilancia bilingüe de una ciudad que habla muchos idiomas.
Último turno es un ejercicio dramático estupendamente escrito, que no se declara ni del lado de “la fuerza” ni en contra de ella, pero que al dejarnos ver todo a través de sus ojos quizá resulte más humana que el estilo agitado de éste Ayer. Las preguntas deben saltar y creo que, sin un estilo visual tan forzado (y tan fácil de burlar) no llegarían: al ser tan vigilados, ¿somos humanos o animales? Al vigilar 24 horas todos los días ¿somos humanos o máquinas? Era la misma pregunta de Robocop. Aquí la interrogante salta de nuevo.
Último turno
(End of Watch, EUA, 2012)
Dirige: David Ayer
Actúan: Jake Gyllenhaal, Michael Peña, Anna Kendrick, America Ferrera
Guión: David Ayer
Fotografía: Roman Vasyanov
Duración: 109 min.
Esta pelicula la vi ya hace rato en Blu-ray, lastima que en mexico tarden tanto en llegar, la quiero ver en el cine, ya que para mi ver una pelicula en el cinees una experiencia diferente, una pelicula altamente recomendable.